Stevie Ray Vaughan: 35 años de un legado eterno
El 27 de agosto de 1990, la música perdió a Stevie Ray Vaughan en un accidente de helicóptero en Wisconsin. Tenía solo 35 años, pero había dejado suficiente música como para inspirar a generaciones enteras.
Hoy, 35 años después, lo seguimos recordando no con nostalgia amarga, sino con gratitud. Porque cada vez que suena su Stratocaster, el tiempo se detiene y sentimos que sigue entre nosotros.
El chico de Texas que soñaba con ser Hendrix y Albert King
Stevie nació en Dallas en 1954 y desde muy joven se obsesionó con la guitarra. Aprendió de su hermano Jimmie, escuchó hasta el desgaste a Jimi Hendrix, Albert King y B.B. King, y de todo eso salió un sonido único: el blues eléctrico pasado por el filtro de un chico de Texas que tocaba con el corazón en llamas.
Double Trouble: el poder de tres
Su vida cambió con Double Trouble: Tommy Shannon al bajo y Chris Layton en batería. Juntos eran un huracán. El gran momento llegó en el Montreux Jazz Festival de 1982, donde sorprendieron al público (y no todos lo entendieron). Pero entre los presentes estaban David Bowie y Jackson Browne. El primero lo llamó para grabar en Let’s Dance. El segundo le dio su estudio para registrar su primer álbum. Y así nació la leyenda.
Cuatro discos que son eternos
🎸 Texas Flood (1983) – El debut arrollador, con Pride and Joy y Texas Flood.
🎸 Couldn’t Stand the Weather (1984) – Stevie en su máxima potencia. Su Voodoo Child (Slight Return) es pura dinamita.
🎸 Soul to Soul (1985) – Más amplio, más experimental, con una banda que ya se animaba a todo.
🎸 In Step (1989) – El disco de la redención. Sobrio y lúcido, con canciones como Tightrope y Wall of Denial que son confesiones hechas música.
Colaboraciones y complicidades
Stevie nunca se creyó más que nadie. Tocó con Clapton, Jeff Beck, Carlos Santana, Albert King, y siempre fue generoso con su música. El disco In Session con Albert King es una joya absoluta: un maestro y su alumno tocando de igual a igual.
Con su hermano Jimmie grabó Family Style en 1990, un álbum lleno de amor fraternal que terminó siendo despedida.
En vivo: electricidad pura
Stevie era de esos artistas que en vivo se agrandaban. No era un show, era un trance.
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Montreux 1982 y 1985: de la incomprensión a la consagración.
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Carnegie Hall 1984: mostró que el blues podía sonar elegante y brutal a la vez.
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Austin City Limits (1983 y 1989): dos actuaciones que resumen quién era.
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Alpine Valley 1990: su último show, con Clapton, Buddy Guy, Robert Cray y su hermano Jimmie. Una despedida gloriosa sin que nadie lo supiera.
Un hombre que se levantó de sus infiernos
Stevie tuvo sus luchas. Durante gran parte de los 80 cayó en el alcohol y las drogas. Hasta que en 1986 su cuerpo colapsó en plena gira europea. Eso lo llevó a rehabilitarse, y a volver distinto.
Su último disco, In Step, es prueba de eso. No es solo música: es la voz de alguien que había tocado fondo y había decidido vivir.
El legado que no se apaga
Treinta y cinco años después, Stevie Ray Vaughan sigue vivo en cada riff que emociona, en cada solo que te eriza la piel. Su influencia está en guitarristas como John Mayer, Kenny Wayne Shepherd, Joe Bonamassa o Jonny Lang, pero también en cada músico que sueña con agarrar una Stratocaster y dejar el alma en ella.
No es solo técnica. Es entrega. Stevie tocaba como si fuera la última vez, y esa urgencia es lo que lo hace eterno.
Canciones imprescindibles de Stevie Ray Vaughan
Si hubiera que armar un playlist para recordarlo, estas 15 canciones no pueden faltar:
Stevie Ray Vaughan no fue solo un guitarrista virtuoso. Fue un hombre que vivió intensamente, que cayó y se levantó, que se dejó el alma en cada escenario.
A 35 años de su partida, no hablamos de ausencia: hablamos de una presencia constante. Porque cada vez que su guitarra suena, Stevie vuelve.